domingo, 29 de agosto de 2010

un poco de nada /2

Se alejó lo suficiente para no saber cómo volver. El camino de regreso, si seguía existiendo, ya no era conocido o posible para él. Es verdad, en su interior deseaba que sea ella quién volviera a buscarlo. Que fuera ella la que ésta vez se acerque al encuentro. Lo desee, le muestre esa necesidad que uno tiene a veces sobre otra persona. Esa sensación tan bella de pensar y creer que uno no es sin el otro. Peligroso sentir ese, que nos puede llevar a la dependencia. Pero hermosa sensación esa, la de encontrar en unos brazos el mundo entero.
Esta vez no dejó puentes donde encontrarse. Trató, igual, cada tanto dar alguna señal que le permitiera a ella saber que, aunque no significara nada, solamente éebía acercarse, sin más. Mirarlo, sin siquiera hablarle, para que él sea suyo.

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