martes, 19 de abril de 2011

Un poco de nada/29

Apoyado sólo en los recuerdos de aquellos buenos tiempos me siento a mirar el agua. Intento, aunque pocas veces lo logro, refugiarme en ella. En su serenidad, en su paz, en su calma. Mi cuerpo se deja llevar y parece moverse al ritmo del agua que golpea, tranquila, la orilla. Por dentro la revolución sigue sus caminos indescifrables.
Recuerdo esa noche, perdido en dolores y explicaciones inencontrables, la frase que ayudó a que me entendiera, aunque sea para no seguir matándome.
-Para gente como nosotros, los sentimientos son un laberinto al que nos llevan cuando quieren. No te esfuerces por dominarlos o entenderlos, esa es una batalla perdida. Procura, por ahora, no sufrirlos. Y encontrarás en ellos muchas más sonrisas que lágrimas, aunque estás últimas parezcan llevarse una parte de vos en cada gota.

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