lunes, 18 de abril de 2011

Un poco de nada/28

Sentado habla con quién no duerme, no come, no habla, no siente y, lo peor de todo, no sueña. No hace nada de eso pero escucha. Y escucha bien. A él le cuenta sus desaventuras, sus caídas y sus dolores. También le habla de aquel niño que le alcanzó esa pelota que ahora lo acompaña a todos lados.
-Fue el otro día en la plaza, vos estabas? Su mamá lo vio, lo llamó y se lo llevó. No se si se la olvidó, pero yo no lo iba a correr para devolvérsela. Eso si, no sabés el golazo que le metí de penal.
Olvidado de todos y por todos, Pedro pasa los días caminando por las calles buscando travesuras y entre ellas algo que calle un rato al estómago. Cuando el sol se va y la gente desaparece, luisito lo viene a visitar. El que nadie más ve lo acompaña hasta que el sueño lo encuentra, en cualquier esquina. Y allí se nace Pedro, el futbolísta que gana millones, que nunca erró un penal y que cuando no alegra gentes en los estadio reparte panes, en las mismas calles donde en su otra vida los pide.

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