lunes, 10 de octubre de 2011

Un poco de nada/52

Me hablaron de él en una noche de calor. Ese día salió temprano de donde estaba. Fue hacia donde nunca había ido. Allí buscó lo nunca había tenido, lo que siempre había querido. Se sentó y esperó. Al poco tiempo, ella lo encontró. Ella, la incansable, la que nunca descansa, apagó los ecos de sus pensamientos de una vez y para siempre. Sus párpados no volvieron a abrirse. Allí, encontró la paz que siempre buscó. Él nunca se enteró. Quien busca la ausencia de dolor, pensé al escuchar su historia, busca la muerte del corazón. Querer vivir sin dolor es cómo dejarse morir. Sobrevivir al dolor y convertirlo en algo más, es encontrar la verdadera razón al despertar de cada día.

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