miércoles, 28 de septiembre de 2011

viernes, 16 de septiembre de 2011

Personajes....

Sueña a diario que la vida es algo mejor. No para ella, no para vos, sino para todos y más. Quizás, tanto sueño la lleva a sufrir cada realidad. En sus hombros pequeños lleva el mandato de alguien que le encargó, ser todo lo que se puede ser, pero tan sólo en una vida. Y ella no sólo lo siente, ella lo vive. "Vivirle a la vida su talla tiene que doler", canta Silvio y ella sabe, que entonces, el dolor la verá nacer a diario, porque a diario también, le pide a la vida lo que la vida no le puede ni quiere dar. Pequeña y risueña. Tranquila por fuera, a veces, revolucionada por dentro, siempre. En cada paso, un pensamiento. En cada pensamiento un sin fin de problemas por vencer. Así va, a cada paso, intentando el mañana mejor que algún día llegará. Y allí le duele la vida al caer que ese mañana quizás no llegue más. Pero como en cada dolencia, después de parirla, ella la soltará y seguirá. Quién no sueña, quién no pide más y más, muerto camina y muerto está. Por eso ella vive por vos y por mí, por ella, ya se verá.

Un poco de nada/50

Abro los ojos pensando que ya no está, pero a poco de despertar me advierte que pasará conmigo un día más. La angustia me ha llegado para quedarse a mi lado. Con ella desayuno, me baño y salgo a caminar. En el pecho la llevo como una cruz que me advierte que tú no estás. Pero en la noche, esta vez, apareces en mis sueños y la arrebatas, para que en la mañana ya no esté más. Y luego llegas de verdad y, espantada, mi angustia se aleja cada vez más. Eres como un bálsamo ante la adversidad, que como ella, viene y se va.

Un poco de nada/49

Sentado te pienso y te pienso. Te imagino y no puedo más que, aunque lo sepa imposible, correr a tus brazos y contarte. Que mañana es un nuevo día. Que lo pasado ya no existe más y que el porvenir, es algo construíble y moldeable.Que ya no necesitás de nada ni de nadie para construir a diario un mundo habitable. Te pienso lejana y sufriente y no puedo, aunque lo intento, mantenerme en mi. Es que tu pena, acá solitario, se hace mía.

Un poco de nada/48

La lluvia que caía intensa no alcanzaba para lavar sus lágrimas, que corrían por ese surco tantas veces visitado por mí. Ahora, lo sentía lejano, como de tantos, pero no mío. A pesar del agua, del viento, nos manteníamos firmes mirándonos, hablándonos sin más que con los ojos. Ambos, sin saberlo, buscábamos la misma explicación. Ambos queríamos saber en qué momento matamos a eso inmortal que sentíamos haber creado.
Me di vuelta y caminé, sin adioses ni finales alargados por abrazos que sin querer suelen matarnos. A los pocos metros frené y comprendí, que lo bueno de esto es que nada sea eterno. Que tengamos que cuidarlo aunque pensemos que nada podría ser capaz de arruinarlo arruinarlo. Aunque doliera, esta vez, lo había perdido. Y allí iba. Caminando a las noches tristes y mañanas vacía. Allí iba, a un nuevo mundo por llenar. Allí iba, muriendo, pero a la vez naciendo.

A mis amigos....

"Unos buenos muchachos riéndo juntos..."

martes, 13 de septiembre de 2011

Un poco de nada/47

Sin saber por qué, de un momento a otro, se instaló en mí. La tengo atravesando el pecho sin entender quién o qué la trajo hasta mi. Me quita el aire y traba cada grito que puedo intentar dar, como para espantarla una vez más. Intentando no darme por vencido me resisto a su compañía. Tendido en mi soledad cerraré los ojos deseando que no tenga planes de quedarse conmigo. Espero en la mañana despertar, sin esta angustia que no me deja respirar.

lunes, 12 de septiembre de 2011

El otro 11-S

"Septiembre aulla todavía
su doble saldo escalofriante
todo sucede un mismo día
gracias a un odio semejantes
el mismo odio que allá en Chile
vio bombardear al Presidente
ve las dos torres con sus miles
caer estrepitosamente" -Cita con angeles- Silvio Rodriguez

Según los organismos de derechos humanos chilenos el número de víctimas que dejó el régimen militar liderado por Augusto Pinochet asciende a 30.000 (la CIA declara 5.000)

Último discurso de Allende desde el Palacio de la Moneda



Un poco de nada/46

Me lo susurró al oído, y eso que no era de hablar nada bajo. Se acercó, en medio de la charla, y lo soltó de manera casi imperceptible. Quizás para impedir que siga buscando explicaciones a lo que no podía ser explicado. Tuve que esforzar el oído, si eso es posible, para decifrar palabras de sonidos. "Me cuesta mucho aceptar que soy capaz de ser feliz. Me aterra pensar en que lo pueda lastimar". A diario nos boicoteamos en esto de estar bien, de ser felices, de tan solo vivir y sentir. Quizás, pasamos demasiado tiempo en busca de algo mejor. Queremos tanto que a veces nada nos alcanza. Qué haremos al día siguiente de encontrar la felicidad. Qué buscaremos. Qué desearemos. Sentado, ya de vuelta en mi soledad deseada, me recuesto en mis pensamientos. Ellos me hablan y alejan el miedo. Con el sol te buscaré y te contaré que está bien, que el miedo te puede proteger, pero ya es hora de dejarlo atrás. Que siempre habrá por donde caminar.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Personajes

Arqueaba el cuerpo hacia delante, apoyando sus codos sobre las rodillas. En una mano el jarro retenía el vino que cada tanto volvía a cargar. Poco supe de él. Era la primera y seguramente la última vez que lo veía. El fortuito destino me había llevado esa tarde a su lado. Sus palabras eran pocas, pero siempre decía algo. Era de esas personas que sonríen al hablar, para así amenizar lo que su boca dirá. El sol, el paso de las horas y el vino le iban afinando sus ojos. Entre otros temas habíamos pasado por los trabajos del campo, por algunas costumbres, por sus viajes y sus momentos entre cosechas, por su gusto por la quiniela, siempre jugando a las cuatro cifras. Dejó algunas definiciones políticas, como que con "Menem la plata rendía más, ganaba lo mismo pero servía para mucho más". Otras que poco tenían de política, pero que deberían ser cuestiones fundamentales para la vida: "La vaca siempre se acuesta para el mismo lado, y de ese costado la carne suele ser más dura". Quién lo hubiera dicho. No se sabe si es para la izquierda o para la derecha, pero una vez que elije la vaca respeta su decisión hasta la hora del matadero o la muerte natural.
Hacia rato que se mantenía en silencio. El fútbol había ganado la escena de la conversación grupal hacía rato pero parecía ser que mucho de eso él no sabía. Hasta que llegó el turno de analizar al arquero y ahí, como en cada oportunidad, sacó su saber popular:
-El mano a mano es el que se define lejos del arco, en la puerta del área. Pero parece que a los arqueros de hoy o no lo saben o no lo quieren entender. Y no hay ningún secreto, la cuestión es mirarle el pie al delantero. Si lo pone así - y con su mano libre, en la otra el jarro mantenía su nivel de bebida, abrió la palma simulando la cara interna de un pie- sabés que te va a salir para ese lado. Si lo abre mucho -acentuó su gesto con la mano- sabés que te la esquina. A mi me hicieron arquero en Villegas, cuando era chico. Y era bueno. Después quedé corto, 1,70 metros ya no alcanzaba. Pero es así.
Esas fueron las últimas palabras que le escuché. Yo me perdí en algún lugar y no lo volví a ver. Cada vez que me toque un mano a mano en alguna cancha miraré los pies, para respetar y honrar el saber.

Un poco de nada/45


Me miró pausado y respiró profundo. Era una noche más, aunque con en verdad histórica, una noche nunca es una más. Solían sobrar las palabras cada vez que la noche nos encontraba, pero de las que valen, de las que cuentan, caían a cuentagotas. En su rostro dejó ver lo que no quería mostrar una vez más. “Me da demasiado miedo ser feliz”, soltó sin más y se quedó, sin siquiera mirarme, esperando que sea yo quien llene el vacío que dejó su declaración. Traté de encontrar consuelos comprados en algún lugar de mi razón. Y como siempre, de poco sirvió. Es que se hace difícil poder dar resguardo a los miedos de otros cuando son los de uno. Pero a veces, el solo sentirse acompañado en el temor ayuda a soportarlo. Porque siempre, por más que duela, es mejor el sueño trunco que aquel que nunca se soñó. Con la felicidad, pensé luego, pasa algo parecido a lo que sucede con el amor. El temor a perderlo o herirlo, muchas veces, nos lleva a evitar sentirlo. Pero entonces, qué hacemos, me pregunté. Y ahí ando, como escarabajo, evitando ser pisado, pero con la certeza de seguir caminando.