lunes, 6 de septiembre de 2010

Un poco de nada/5

Siempre le costó tomar esas decisiones que parecían impopulares en su círculo. El que dirán de aquellos que no siempre la querían bien le daba razones para claudicar. La piedra, que la ataba, rodó por los aires cuando menos lo esperaba.
Y así nos pasa, a diario, de a tantos. Eso que nos paraliza, que nos retiene donde no queremos ser, estar, estalla. Con ruido o silenciosa. Pero se quiebra en su ser y nos abre la oportunidad de salir de allí. De ser nosotros. De ser yo.
Filosofía errante la de inventarnos, nosotros mismos, nuevas piedras. Esta vez no. No fue una más. A tiempo y a destiempo, una mano la sacó de allí. Ella, por suerte, esta vez se aferró al puño correcto y empezó a volar. Esperando, ahora si, no volver a parar.

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