miércoles, 7 de diciembre de 2011

Un poco de nada/61

Afuera el sol quemaba el cemento. Adentro, la lluvia no dejaba ver más allá de unos metros a través de la ventana. Sentado, fuma esperando que su cabeza lo deje tranquilo de una vez. El vértigo que le genera esa respuesta que no encuentra no lo deja respirar. El cigarrillo se consume y él sigue sentado. La vida, lo verdadero y escencial, muchas veces transcurre a kilómetros de lo que nos rodea. Acaba de caer la última gota en su interior y con ella,, el ruido calló y  apareció la verdad. Ya estaba listo para irla a buscar.

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