miércoles, 30 de junio de 2010

Del que planea demasiado....

Alguna vez me he encontrado defendiendo mi poca memoria sobre los hechos y palabras largadas. Sobre la imposibilidad de retener lo dicho y lo actuado, cuando surge de la improvisación. Cuando no hay planes fijos y uno se deja llevar por la corriente. Luego, me encuentro con este texto....

"Un memorista retiene todo, no permite que nada se le pierda. No privilegia nada hasta que atrapa una descomedida visión de un conjunto inabarcable por todos, salvo por él. Ahí decide. Puede ser un buen estratega porque acumula tanto que su elección se ejerce sobre un cúmulo de datos imposible, casi infinito. Tantos datos pueden llevarlo al vértigo y puede elegir mal. Esta es otra cuestión. Pero el memorista está más cerca de la técnica que del arte sutil del pensamiento. De la máquina de precisión que de la sensibilidad. El hombre de la pasión, elige. Nunca llega al todo porque siempre algo lo detiene en el camino. La pasión no espera, no sabe contenerse, no puede y no quiere. Ya está. ¿Para qué seguir? Mi mujer es ésta. Mi amigo, éste. Mi causa, ésta. No quiero ver todo lo que existe, la infinitud de las posibilidades sólo lograría marearme, enfriarme, me quedo aquí, con esta lucha, en esta batalla, con esta mujer..."

Extracto de "Timote", de José Pablo Feinmann (se nota que lo estoy leyendo?)

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