Lo conocí hace algunos años, muchos ya, aunque no recuerdo bien cómo. Se que fue la casualidad, esas que muchas veces nos dejan mal parados y tantas otra, aunque las menos, nos hacen sentir que tenemos una oportunidad de cambiar las cosas. Ese día, en el que ingresó a mi vida, cumplía 74 años. Me lo dijo al pasar. Hoy es mi cumpleaños. Fue acaso un susurro. Lo que no fue un susurro fue lo que vino después.
-En la vida muchas veces creemos que somos dueños de nuestro destino, pero eso es acaso pura mierda. Y no porque, como dicen algunos, esté escrito en algún libro divino ue controla todos los designos. Sino porque nuestro futuro está atado a miles de decisiones ajenas que no controlamos y, aunque a veces creamos lo contrario, tampoco podemos incidir en ellas. Y el universo también está plagado de hijos de puta, que van por ahí sin importarles donde quedan los demás cuando ellos deciden retirarse de la mesa y dejar de jugar. O los que trampean el juego y nos hacen creer que son leales, que están de nuestro lado y tan sólo están buscando una manera de ganar. La vida, al fin y al cabo, termina siendo un juego que aprendemos a jugar justo cuando ya no tenemos más ganas de hacerlo. Pero que tampoco podemos abandonar. ¿Pero sabés una cosa? Tampoco es tan malo, porque es un lindo juego y el aprendizaje, como en todo, está cargado de errores y malas jugadas, pero también de aciertos que nos completan y nos llenan de felicidad. Hay que jugársela pibe, no queda otra. Y si sale mal, pedir más crédito a la maquinita y seguir apostando, que en algún momento la mano va a cambiar. Pero nunca retirarse, porque lo único seguro es que el que abandona, nunca recibirá un premio.
jueves, 31 de mayo de 2012
sábado, 26 de mayo de 2012
Un poco de nada....una vez más
Me odio, suelta entre
lágrimas secas. Su rostro se escapa entre sus piernas, cuando su vergüenza le
juega una mala pasada. Si pudiera, usaría la táctica del bicho bolita. Pero a
ella no la amenaza un dedo humano que busca molestar. Sus propias historias le
vienen saliendo de adentro y la dejan maleable a los juegos de extraños que
intentan participar de su vida, sin entender que ella no quiere que participen.
Quiere que sean parte, aunque le cueste pedirlo, aunque lo haga de manera
silenciosa y lo niegue cuando el otro u otra la descubre. Me odio, me dijo
nuevamente al contarme que era imperfecta, que los valores que prodiga y reparte
no los pudo respetar por culpa de algo que la tiene a tumbos entre soledades
compartidas, esas que nos juegan malas pasadas en la cabeza. Esa que siempre
nos dice que la tenemos bajo control, para hacer con nosotros lo que quiere. Se rearma y pelea, una vez más, una de tantas
batallas que le quedan para llegar a donde quiere y llegará. Hace tiempo que
encara esta vida con una armadura puesta. Pero eligió equivocadamente el
material y la hizo de papel. Y luego de cada golpe, como el de esta vez, tiene
que volver a hacer la armadura. Por qué no cambia entonces, y se hace de algo
más fuerte para que no le duela tanto todo, aunque sólo llore cuando no le
queda más lugar para la angustia. Me fue difícil encontrar una respuesta.
Pienso y re pienso que no quiere, porque cuando la armadura se hace de metal
los golpes no nos pegan, no nos lastiman, pero también nos perdemos de las
caricias. Y quién puede considerar a eso vida.
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un poco de nada
martes, 15 de mayo de 2012
Un poco de nada...otra vez
Entre la oscuridad,
las palabras, como gotas que recorren los surcos del camino, se están haciendo
su lugar. Entre silencios, un nuevo ruido va naciendo. A lo lejos, se escucha un
suspiro, como una frase entre paréntesis, protegido entre algodones para que no
lo arrebate la vorágine que lo rodea, se suelta entre intermitencias. En la
elección correcta de la palabra descansa el silencio, que siempre está
acompañado de un devenir incesante de ruidos… porque la palabra verdadera, la
que no conoce de miramientos ni de disfraces, siempre encuentra la manera de
hacerse oír adentro de quienes quiere lograr algo, aunque la rodeen mares de
mentiras, ella cada vez que lo necesita encuentra el camino, como la gota de
agua, que esquiva el que la rodean….
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