martes, 1 de noviembre de 2011

Un poco de nada/59

Tomó sus cosas y se fue. Dejó los pendientes que pendían de ella y emprendió camino al andar. Llevó muchas valijas con ella. En algunas ropa. En las demás, deseos por cumplir. Brilló con el sol y la luna en aquellas tierras lejanas a las de siempre. Cantó con el mar y le hizo el amor una y otra vez a la vida en aquel lugar que ahora la arropaba. Un día abrió una valija que todavía permanecía cerrada. Nunca más volvió a brillar, nunca más volvió a cantar y a bailar. Las penas, a donde sea que vayamos, nos acompañaran para recordarnos que existen y que están, esperando que las lloremos y vivamos, para que así puedan descansar.

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